Tratamiento: En 2010, los niños y adolescentes entre 10 y 13 años, recibieron ayuda psicológica en el Hospital del Niño.
El año pasado, un escolar de 11 años comenzó a faltar periódicamente a clases para irse a un local de juegos en red, para divertirse y escapar de un conflicto familiar por el que atravesaban sus padres.
El niño estaba casi abandonado por sus progenitores. Ellos no se daban cuenta de que el infante no cumplía los deberes escolares y que su bajo rendimiento estudiantil se reflejaba en las notas desaprobatorias de los exámenes y controles diarios.
Los padres eran personas muy ocupadas e intolerantes. El pequeño costeaba el gasto de la hora del juego en red con el dinero que recibía de su madre para el refrigerio del recreo en el colegio: diez bolivianos por día.
Recién, en septiembre, una profesora del colegio se percató de la inasistencia frecuente a clases del menor y mandó a llamar a sus padres.
Ellos no supieron manejar la situación y comenzaron a castigar al niño con gritos y le quitaron el dinero que le daban para el recreo.
Esto empeoró la situación ya que provocaron irritabilidad en el escolar y éste comenzó a desobedecer a los padres: ya no quería ir al colegio.
Los padres, entonces, buscaron ayuda sicológica en el Hospital del Niño pero fue muy tarde. El menor de 11 años perdió el año escolar. Leer más...
El año pasado, un escolar de 11 años comenzó a faltar periódicamente a clases para irse a un local de juegos en red, para divertirse y escapar de un conflicto familiar por el que atravesaban sus padres.
El niño estaba casi abandonado por sus progenitores. Ellos no se daban cuenta de que el infante no cumplía los deberes escolares y que su bajo rendimiento estudiantil se reflejaba en las notas desaprobatorias de los exámenes y controles diarios.
Los padres eran personas muy ocupadas e intolerantes. El pequeño costeaba el gasto de la hora del juego en red con el dinero que recibía de su madre para el refrigerio del recreo en el colegio: diez bolivianos por día.
Recién, en septiembre, una profesora del colegio se percató de la inasistencia frecuente a clases del menor y mandó a llamar a sus padres.
Ellos no supieron manejar la situación y comenzaron a castigar al niño con gritos y le quitaron el dinero que le daban para el recreo.
Esto empeoró la situación ya que provocaron irritabilidad en el escolar y éste comenzó a desobedecer a los padres: ya no quería ir al colegio.
Los padres, entonces, buscaron ayuda sicológica en el Hospital del Niño pero fue muy tarde. El menor de 11 años perdió el año escolar. Leer más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario